Gabriel Becerra
@Gabocolombia76

Por estos días de paro y protesta las preguntas por las juventudes han crecido en la sociedad colombiana. Son ellas y ellos el rostro principal de un “estallido social” y un potencial democrático transformador que, por ahora, con conquistas limitadas, podría seguir desplegándose hacia horizontes emancipadores.

El valor de la rebeldía y el coraje de estas juventudes mayoritariamente populares e indignadas, ha sido castigado con fuego por las elites. Sus cuerpos frágiles pintados de ilusiones de mil colores, sus rituales de vida, sus poesías de futuro, su música, sus violines, sus batucadas, sus manifiestos de derechos y reclamos de buen vivir, solo han recibido la demagogia y la brutalidad del terror policial, militar y paramilitar.

Se ha escrito en estas semanas como hace mucho no sucedía en Colombia una gesta generacional que no puede quedar en el olvido.

A los nombres heroicos de quienes han protagonizado cruciales resistencias en la historia nacional, hay que agregar para siempre en la memoria de los pueblos el de los jóvenes manifestantes humildes y anónimos de estos tiempos del Valle del Cauca, Cauca, Risaralda, Tolima, Antioquia, Bogotá, Cundinamarca, víctimas de la política militarista del uribismo a los que aquí rendimos homenaje:

Cristian Alexis Moncayo, Pol Stiven Sevillano, Charlie Parra, Michel David Reyes, Brian Gabriel Rojas, Marcelo Agredo, Miguel Ángel Pinto, Dadimir Daza, Einer Alexander Lasso, María Jóvita Osorio, Edwin Villa Escobar, José Augusto Ortiz, Kevin Yair González, Jesús Flórez, Rosemberg Duglas, Yinson Andrés Angulo, Santiago Andrés Murillo, Brayan Niño, Jefferson Alexis Marín, Santiago Moreno, Jhonatan Arlex Quiñones, Andrés Angulo, Kevin Antoni Agudelo, Nicolás Guerrero, José Emilson Ambuila.

Harold Antonio Rodríguez, Wenceslao Solís, Javier Uribe, Jhon Wainer Escobar, Héctor Morales, Elvis Vivas, Dylan Fabriany Barbosa, Daniel Alejandro Zapata, Lucas Villa, Luis Hernán Ladino, Sebastián Quintero, Jhon Alexander Yotengo, Michael Joan Vargas, José Mauricio Velasco, Yorleifer Herrera, Angie Johanna Valencia, Julián Vallejo, Cristian David Orozco, Vladimir Steven, Johan Ricardo Idrobo, John Erick Larrahondo, Breiner Chud, Jorge Iván Cañas, Camilo Andrés Arango, Juan Camilo Vargas, Juan Guillermo Bravo, Luis Eduardo López, Juan Pablo Cabrera, Sebastián Herrera, Carlos Alzate, Luis Fernando del Castillo, Michael Andrés Aranda y Sebastián Jacanamijoy.

Su sacrificio, así como las demás violaciones a los derechos humanos a otros miles no pueden quedar en la impunidad. Constituyen nuevas razones para un gran movimiento por la vida, la justicia, la paz y la democracia que a la orden del día debe impulsarse a todos los niveles.

En la protesta se ha reflejado el universo de un sujeto social que difícilmente se puede comprender con la mirada cuantitativa de la estadística o las visiones etarias o psicológicas que desde siempre han querido anularles con el discurso conservador de la experiencia, la adolescencia y la inmadurez.

La juventud que hoy estalla lo está haciendo en nombre de todas las generaciones. Son los hijos y nietos de los obreros y campesinos precarizados y de la informalidad desbordada que comparten con sus mayores, amigos y familiares.

Son las madres y mujeres doblemente explotadas que con rabia le han gritado a la gran prensa en directo: ¡Viva el Paro!

La juventud que reclama vida en contra de todas las guerras y violencias que ha parido la mezquindad de las castas por 200 años.

¡La bella juventud que, a pesar de los dolores, está pariendo una nueva primavera!

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